Virginia Bolten través del tarot con la Justicia, la Fuerza y el Carro como clave

Hablar de Virginia Bolten, es mantener viva a una figura esencial del anarcofeminismo latinoamericano; ella encarna las energías de tres arcanos mayores del tarot: La Justicia, La Fuerza y El Carro. Su historia late entre la lucha obrera, el fuego revolucionario y la búsqueda inquebrantable de libertad. Y hoy te la presento (o te invito a verla a través del tarot).

Antes de adentrarnos en su historia y en cómo la vinculé con el tarot permitanme una aclaración (o confesión). Creo firmemente que hay historias que merecen ser recordadas. Seguramente, con muchas de las mujeres que aborde en esta sección, te sientas identificada en algunas cosas y en otras no, pero, sin dudas, vale la pena que mantengamos vivas a quienes lucharon por nuestros derechos y nos allanaron el camino a quienes lo hacemos hoy.

¿Quién fue Virginia Bolten?

Hay nombres que laten más allá del tiempo, y uno de ellos es el de Virginia Bolten. Nació el 26 de diciembre de 1876, por lo que los enamorados son su arcano de vida. Fue militante anarquista, periodista, oradora y organizadora obrera, y la primera en dirigir un periódico anarcofeminista de Argentina, que a su vez fue uno de los más relevantes de América Latina.

Su figura, envuelta en mito y coraje, puede leerse también desde el tarot. En sus actos resuenan tres arcanos mayores: La Justicia, La Fuerza y El Carro.

Es cierto que su arcano de vida es Los Enamorados, y no podemos negar que, a la hora de elegir,jamás dudó en jugarse por lo que creía ni en decidir de qué lado estar pero, al revivir su historia, son los tres arcanos mencionados los que se me vinieron a la cabeza (y al corazón).

La Justicia: la mujer que habló cuando no debía hablar

Pensemos en otros tiempos: situémonos a fines del siglo XIX, en Argentina, cuando las fábricas olían a grasa, sudor, explotación y falta de derechos.

Virginia trabajaba en la Refinería Argentina de Azúcar, en Rosario —la empresa más grande del rubro en Sudamérica—. Allí vio cómo las mujeres cobraban menos que los hombres y eran tratadas sin respeto alguno, detectando una doble opresión: la de clase y la de género.

El 1° de mayo de 1890, durante el primer Día del Trabajador en Rosario, subió al escenario vestida de negro, con una bandera anarquista en alto, y habló ante cientos de obreros. Tenía apenas catorce años. Ese discurso la convirtió en una leyenda.

En 1896, junto a un grupo de compañeras, fundó La Voz de la Mujer, el primer periódico anarcofeminista de Argentina y uno de los más importantes de América Latina. Se imprimía en Buenos Aires, con tiradas de alrededor de dos mil ejemplares, financiado por ellas mismas: trabajadoras y militantes.

Desde sus páginas denunciaban la doble opresión que sufrían las mujeres: por clase y por género.

La Justicia, en el tarot, mira de frente y sostiene una espada. Entre otras cosas, corta el velo de la hipocresía. Eso describe a la perfección la pluma y la oratoria de Virginia, que desde temprana edad miró de frente al mundo para pedir igualdad y dignidad para todas. Y aunque podríamos verla también como una gran Emperatriz, Virginia no se movía por impulso: a ella la movía la Justicia.


La Fuerza: el fuego que no retrocede

Virginia fue arrestada en varias oportunidades. Rebelarse al statu quo era incluso más peligroso que hoy. Su carácter era tan encendido que sus contemporáneos la llamaban “la Luisa Michel del Sur”, en homenaje a la heroína de la Comuna de París.

La Fuerza, en el tarot, no representa la violencia, sino el poder interior que doma a la bestia. Y eso fue Bolten: una mujer que sostuvo sus convicciones incluso frente al miedo, incluso frente a las bestias que la deshumanizaban a ella y a sus compañeras.

Entre 1900 y 1905, su militancia se intensificó. Fue una de las organizadoras de La Casa del Pueblo, donde, junto a otros anarquistas, impulsó actividades culturales, teatro, debates y formación para obreros. Allí se tejían redes de resistencia en un tiempo en que la palabra libertad podía costar la cárcel o el exilio… Imposible no pensar qué sentirían hoy al ver a quienes usan esa palabra en los tiempos que corren.

Su lucha no se limitaba a la fábrica; cuestionaba la Iglesia, el matrimonio, el Estado y el rol doméstico impuesto a las mujeres. En La Voz de la Mujer escribía con ironía sobre los hombres que predicaban libertad pero esperaban tener mujeres sumisas:

“También pensamos, ¿sabés? También tenemos iniciativa.”

La Fuerza fue la energía que sostuvo su rebeldía frente al poder, la represión y el mandato patriarcal. Hoy, más de un siglo después, su fuego sigue encendido,sin apagarse ni con las rejas, ni con el destierro ni con el paso del tiempo.


El Carro: el impulso que avanza

En 1902, el gobierno argentino sancionó la Ley de Residencia (N.º 4.144), que permitía expulsar a inmigrantes sin juicio previo. La medida apuntaba sobre todo contra socialistas, comunistas y anarquistas, y se usó para reprimir sindicatos.

Ese mismo año, Virginia viajó a Uruguay, donde siguió participando en manifestaciones y denunciando la nueva ley.
Regresó a Buenos Aires en 1904 y fue parte del Comité de Huelga Femenino de la FORA, impulsando la organización de las trabajadoras del Mercado de Frutos.

La represión continuó: durante el alzamiento radical de 1905, fue nuevamente arrestada junto a su compañero y sus hijos. Él fue deportado a Uruguay; ella quedó sola en Argentina hasta que, en 1907, volvió a ser encarcelada durante la Huelga de Inquilinos, uno de los movimientos urbanos más grandes de la época. Esta vez, al hacerse pasar por uruguaya, fue deportada y se reunió con su familia en Montevideo.

Allí, su casa se convirtió en refugio de anarquistas exiliados. Participó del Centro Internacional de Estudios Sociales, siguió escribiendo, organizando y sosteniendo el movimiento obrero y libertario, (que nada tiene que ver con la connotación actual del término en Argentina). Vivió hasta alrededor de 1960, en el barrio de Manga, Montevideo.

El Carro, en el tarot, es la carta del impulso que avanza, del destino que no se frena.
Y Virginia nunca se detuvo. Siempre siguió moviéndose, llevando la bandera del amor libre, la justicia y la igualdad.


Entre el mito y la memoria

Virginia Bolten no fue una heroína de museo, sino una mujer de carne, deseo y lucha. Una bruja sin caldero que entendió que la verdadera revolución también es espiritual: nace del cuerpo que se sostiene y de la palabra que se pronuncia sin miedo.

La Justicia la nombra.
La Fuerza la sostiene.
El Carro la impulsa.

Cada vez que leemos, escuchamos o pensamos “Ni Dios, ni patrón, ni marido”, su espíritu nos acompaña. Y quizás, desde algún rincón del tiempo, Virginia siga escribiendo con tinta roja y fuego en el corazón.


Mujeres de la matria: recordar para que no la borren

Hace un tiempo asistí a un tour de Turistearte, una propuesta para conocer a grandes mujeres de nuestra historia: aquellas que no siempre se nombran, pero sin duda son protagonistas de nuestra memoria colectiva. En esa actividad, sin spoilear mucho, me reencontré con ella. Esa tarde me había propuesto encontrarle un arcano a cada una, con ella no pude… Entre los tres no pude elegir solo uno.

A quienes disfrutan del arte y la historia, les recomiendo todo lo que hacen en Turistearte, pero especialmente esta experiencia. De esa visita surgió esta necesidad: recordar a Bolten para que nunca logren borrarla de nuestra historia y para que su fuego de justicia y libertad jamás se apague.

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